Rivera Garden

Cómo transplantar un árbol frutal

En el vídeo te explicamos como realizar el transplante de un ciruelo. Si quieres más detalles, no te pierdas nuestros consejos. No solamente transplantaremos a macetas grandes, tal vez vosotros tengáis que transplantar directamente en la tierra. No os preocupéis. El proceso es muy similar. Sencillo, fácil y sobre todo útil.

El transplante de ciruelos, así como de otros árboles frutales, plantas, flores, etc, es una de las operaciones más comunes en la jardinería de andar por casa. Aquí en Rivera Garden te vamos a explicar cómo hacerlo de forma sencilla y rápida, sin demasiadas complicaciones.

¿Cuándo transplantarlo? Es recomendarlo hacerlo cuando empiecen a caérsele las hojas. Es lo que se llama “fase de letargo” y suele coincidir con el invierno. De modo que es un buen momento para llevar a cabo la operación.

Lo primero que tenemos que tener en cuenta, como siempre que vamos a hacer algo en nuestro jardín, es el espacio con que contamos. Esto va a determinar algo tan importante para la salud de nuestro ciruelo, y su buen crecimiento, como es el espacio entre los árboles y plantas que ya tengamos sembrados.

Marcar en el suelo la superficie que cubriría la sombra del futuro ciruelo, es una forma intuitiva de calcular ese espacio de separación.

Una vez hayamos previsto el espacio, procederemos a cavar un hoyo. El hoyo ha de ser lo suficientemente holgado y profundo como para que el ciruelo pueda arraigar sin problemas. Unos 50 centímetros de profundidad sería lo óptimo.

Hay que tener cuidado al efectuar la operación, y tratar de no romper las raíces ni dañarlas demasiado. Hay que cuidar de que al sacarlo de la maceta o del lugar en donde lo tengamos, haya media esfera de tierra acompañando las raíces.

Corta las raíces demasiado largas, con tijeras de podar, o normales, que estén, eso sí, desinfectadas. La cuestión es no causarle daños al ciruelo: cortes limpios.

Hablábamos antes de la distancia entre árboles. Como mínimo, ésta ha de ser de cuatro metros. Sin embargo, la distancia a la que pongamos nuestro ciruelo de los otros árboles de nuestro jardín dependerá en gran medida de la poda. El ciruelo se poda, más o menos, como el nectarino o el melocotonero: mediante el sistema de formación en vaso abierto. ¿Y esto cómo se hace? Pues muy sencillo: como la fruta de estos árboles crece en las ramas (también llamadas, dardos) de 2 o tres años, cada año se recorta la madera del año anterior a la mitad. En esta mitad crecerán los dardos durante la siguiente época de floración, manteniéndose así las cosechas de año en año. El ciruelo, a diferencia de nectarino y melocotonero, no necesita tantos pinzamientos, y sí más aclareos de los pequeños brotes, de modo que los frutos sean más grandes y el arbolado se mantenga joven tras cada temporada.

A la profundidad del hueco, hay que añadir el diámetro. Es recomendable que tenga unos 60 centímetros, más o menos. Al fondo del hoyo añadiremos bastante estiércol. Que haya suficiente materia orgánica en el lugar en el que transplantaremos el ciruelo es fundamental para su posterior adaptación y crecimiento.

Una vez plantado, es aconsejable colocar una caña que haga de guía para la rectitud del árbol, y evitar así torceduras o que el tronco se doble y adquiera mala forma. Podremos, además, acolcharlo para protegerlo de manchas y “chupones” que afecten a la salud del árbol. Regarlo continuamente durante los primeros días, y espaciar luego dichos riegos a lo largo del tiempo, es una práctica muy recomendada. Regar no significa empapar. Esto es importante. Lo mejor es humedecer la tierra constantemente, sin ahogar el ciruelo.

La tierra del perímetro del nuevo hogar del ciruelo conviene ser aplanada, con mucho cuidado, y puesta al mismo nivel que el resto del terreno.

1 comentario en “Cómo transplantar un árbol frutal”

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